jueves, 20 de mayo de 2010

SOBRE LA LEGITIMIDAD EN EL ORIGEN DEL PODER

"La soberanía dimana inneditamente del pueblo"
J. Ma. Pavón.
Acerca de este tema me es pertinente señalar primeramente lo enunciado por el artículo 39 de nuestra carta magna a saber "la soberanía nacional resida esencial y originariamente en el pueblo.....", con relación a lo anterior el maestro Covián en su obra de "La Teoría del Rombo" nos apunta que "ningún poder político se considera legítimo, si no proviene de la voluntad ciudadana, en la que se reconoce incondicionalmente--tan solo en esta etapa--el fundamento de la soberanía".
Desde este punto de vista se entendería entonces que la legitimidad de nuestro gobierno y de quienes detentan el poder la iguala el autor como un sinónimo de la democracia ya que está se sustenta en la voluntad de la ciudadanía y es regulada por la norma jurídica, que en el presente caso lo es la electoral y las Instituciones encargadas de la transparencia y legalidad, como su misión y obligación.
A la postre yo nombraría que la legitimación política es la representación en su misma esencia ya que a los detentadores del poder al obtener el voto ciudadano sea cual fuere el medio, el pueblo mismo lo esta aceptando por tanto legitimando y certificando, lo que yo criticaría un poco es lo forma en que son nombrados dichos representantes políticos ya que éstos son propuestos en la realidad y la practica por los partidos que de manera interna, legal y formalmente hacen sus propias formas de auto nombrar quienes van hacer los representantes de cada partido en las etapas correspondientes, aquí es donde se pierde la autenticidad de dicho precepto; ya que quienes habilitan a nuestros dizque representantes son los propios interesados (detentadores formales e informales del poder) en que estos ocupen un cargo público a priori sus intereses, y afirmó contundentemente que "legitimar, habilitar y reconocer", son sinónimos pero que en su aspecto semántico pueden ser estos totalmente diferentes.
Lo que hacemos como pueblo es reconocer el carácter legal a algo, especialmente a un poder político que se declara y se considera legitimo, para un nuevo gobierno o a un nuevo estado de cosas establecido en un país como el nuestro en forma anormal.
Hablar de la democracia es hacer mención a un sistema de gobierno que debe de garantizar el libre ejercicio del derecho de los ciudadanos de votar y ser votados,{lo segundo muy lejano aún de nuestro sistema electoral por las rezones antes esgrimidas}, para poder elegir a nuestros representantes mediante procesos electorales que impulsan a nuestros representantes políticamente hablando a participar en la toma de decisiones. En lo cotidiano, es un sistema de vida en el que se reconoce la igualdad de derechos y obligaciones de las personas y se propicia una convivencia armónica con el ejercicio de valores como el diálogo, la igualdad, la legalidad, la libertad, la responsabilidad, el respeto, la participación y la tolerancia.

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